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Para: www.circulodorado.com
La energía está supeditada a los patrones de información.
Cuando estamos realizando un ejercicio mágico, digamos el pilar del medio o similar (por poner un ejemplo arbitrario de ejercicio energético tradicional en el sistema mágico occidental basado en la Orden hermética de la Golden Dawn, pero serviría cualquier otro) visualizamos una serie de líneas de luz de determinados colores, etc. Y, realizado correctamente, produce una sensación muy real de “energía vigorizante”.
En términos de magia operativa, podemos cargar un talismán a partir de la energía que hemos acumulado en nuestro cuerpo mediante los rituales adecuados (pilar del medio, circulación de la luz, etc. Siguiendo nuestro ejemplo del Sistema GD) pero, ¿qué es lo que hacemos realmente?
Mediante visualización multisensorial, creamos imágenes de esta energía fluyendo hacia el talismán, cargada con los efluvios o colores de todo el trabajo que hemos realizado previamente también mediante la visualización. Y digo multisensorial, puesto que para apoyar la viveza de la imagen subjetiva que estamos creando, podemos usar una serie de elementos físicos (varas mágicas, ropajes, altar, inciensos, etc), o imaginados, como parafernalia ritual. Todo con el objetivo de reforzar y re-alimentar nuestra imagen subjetiva…
Se dice que la marca de un verdadero adepto es la “Técnica de manos vacías” esto es, cuando uno puede realizar una operación mágica sin ningún tipo de aparataje físico, ya que su capacidad de visualización multisensorial y concentración le permite crear las imágenes de toda la operación y con ello dirigir las energías/espíritus/o lo que sea, al fin determinado.
Sea el agente mágico “energía” o “espíritus” o ambos (según el paradigma que estemos usando), toda acción mágica (igual que toda acción mundana) arranca a partir de la formulación de imágenes en nuestra esfera subjetiva que, en función del éxito de nuestra operación, serán replicadas con mayor o menor similitud en la esfera objetiva del universo. Estas imágenes no son otra cosa que patrones de información.
¿Necesitamos una fuente de energía para la Magia?
En la gran mayoría de los sistemas de enseñanza ocultista, sobre todo en occidente (aunque también en cierta medida en oriente), existe la práctica de contactar con una “fuente primordial”, “luz infinita”, “luz divina”, invocación a dioses/as”, “cargarse con prana” etc. A fin de cargarse con energía u obtener el poder que luego se va a usar para lo que sea que nos propongamos (desde mejorar la salud, hasta transformar nuestra alma, pasando por conseguir sexo o encontrar un objeto perdido).
Esto, es debido a la consciencia profundamente arraigada de que nosotros no tenemos el poder o la sabiduría y tenemos que buscarlo fuera. Esto, tiene su lógica, ya que, si ahora mismo chasqueando los dedos o simplemente deseándolo no puedo conseguir que me toque la lotería… debe ser porque no tengo el poder y debo conseguirlo en otro sitio: (dioses, planos internos, prana, etc). Así mismo, esta sensación también ha estado presente a lo largo de la historia, promocionada por las religiones organizadas y su clase sacerdotal que así tenían “las llaves del cielo” y de los milagros.
En general, como humanos medios, nos vemos impotentes, con vacío interior, tenemos miedo y ese hábito nos dice que no podemos hacer las cosas por nosotros mismos, los pobres corderos del rebaño... Pero, si examinamos lo que ocurre realmente cuando hacemos una operación mágica vemos algo muy diferente.
El papel de la “energía emocional”
Ciertamente no estamos aquí negando la existencia de la energía o de los arquetipos (dioses, etc), igual que no podemos negar la existencia de la electricidad. Sin embargo, las acciones conscientes y subconscientes tienen su base en ideas y en nuestra imagen subjetiva de nosotros mismos y del mundo exterior; y esto, son patrones de información, que de una forma u otra influyen en el mundo objetivo y son influidos por este.
Como su nombre indica “emoción” deriva de “moción” o sea, movimiento, lo que nos mueve: Los instintos básicos que hemos heredado biológicamente (supervivencia, reproducción, placer, etc) y otros que nos han ayudado en nuestro desarrollo evolutivo como la curiosidad, etc. Cada uno en su medida en capa persona, e incluso algunos nuevos que empiezan a emerger a medida que nuestra percepción se desarrolla. Pero todos actuando desde el nivel subconsciente y dando sus mensajes particulares al consciente según la ocasión lo requiera; dando a la mayoría de la gente la falsa impresión de que actúan según su razonamiento y libre albedrío todo el tiempo (qué gracioso, ¿verdad?)
En nuestro complejo psicosomático las ideas, conscientes e inconscientes influyen directamente en nuestro estado orgánico. Por lo tanto, determinadas condiciones corporales, como la relajación, la respiración, el ejercicio, la postura, el sonido, los aromas, o estar en determinado contexto exterior como un bosque, un templo, etc. influyen en nuestro mental y en nuestras emociones, pudiendo llevarnos a un estado paz, y euforia, en el que nuestra percepción subjetiva puede acallar las ideas también subjetivas de miedo interior. y actuar como sigilos o mensajes subconscientes de creencia en el propio poder y de calma, para evitar perturbaciones en los patrones de información que estamos creando. Incluso determinadas prácticas pueden usar el miedo u otras emociones para el mismo fin.
Esto es ciertamente “energía” pues estamos usando la energía de las emociones para modificar nuestro estado corporal y mental, a fin de poder implantar sin perturbaciones un patrón de información en nuestro subconsciente que pueda transmitirse por medios no-locales al universo objetivo.
¡La Magia nuestra de cada día dánosla hoy!
En una operación mágica (y aquí estoy hablando muy ampliamente) es nuestra imaginación dirigida por nuestra voluntad la que crea los patrones de información que hacen directamente que la luz divina descienda, que el ángel aparezca, que el dios nos mire y nos escuche, etc. Realmente, somos nosotros (signifique eso lo que signifique) quienes ordenamos el universo, haciendo lo único que podemos y sabemos hacer: nada más (y nada menos) que crear realidades subjetivas que pueden transmitirse al universo objetivo para modificar la realidad a través de nuestro cuerpo físico (acción física, lenguaje, etc) o a través de medios no-locales (transferencia directa de información) que es lo que algunos llamamos magia.
Si somos honestos con nosotros mismos al preguntarnos ¿Quién hace la magia? surge la revelación en nuestro interior: Todos los dioses, pranas, energías, varitas, talismanes, y resto de parafernalia, no son más que formas de autoconvencernos para intentar superar el complejo de inferioridad, la sensación de falta de poder interior. Son sigilos enviados al subconsciente para decir a nuestros demonios interiores del miedo “tranquilos, tenéis el control, no soy yo el que lo hace… es un poder mayor, no hay de qué preocuparse. Sólo vamos centrarnos en estas imágenes, hacer lo adecuado y el poder exterior puede que venga”.
Cuando visualizamos un ángel o un dios al invocarlo y somos conscientes de su luz o energía que nos llena, realmente somos nosotros los que estamos haciendo todo el trabajo; Al crear esas imágenes “obligamos” al arquetipo del ángel o dios a aparecer, seleccionamos esa idea o esencia en el universo y nos llenamos con ella… O sea, nosotros ordenamos en el universo, actuamos directamente como dioses (ya estoy oyendo las voces del algunos… “¡herejía!, ¡el orgullo del hombre lo lleva a su perdición…! Jejeje).
Hay tantas formas de considerar como actúa la magia como magos han existido, existen o existirán en el futuro… Pero básicamente (y siempre hablando de magia operativa), estamos hablando de cambiar NUESTRA realidad, o sea, sin mago, no hay magia.
Y para terminar este artículo, una cita propia: “lo mejor y lo peor de la magia es: ¡Que funciona!”